Cambio de Estación y Ánimo: Lo Que Dice la Ciencia
Con la reducción de las horas de luz en otoño e invierno, no solo cambian las temperaturas, también lo hace nuestro estado emocional. ¿Por qué nos sentimos más apagados durante estos meses? La psicóloga sanitaria Carolina Andersson nos lo explica de forma clara y accesible.
¿Por qué influye la luz solar en nuestro estado de ánimo?
"La cantidad de horas de sol regula nuestros ciclos de sueño, la energía diaria y los niveles hormonales", explica Andersson.
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La luz solar promueve la producción de serotonina (bienestar y concentración).
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Regula el cortisol, que nos activa por la mañana y ayuda a descansar al anochecer.
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Menos luz = más somnolencia, menos energía y menos actividad social.
🌧️ Melancolía de Invierno: ¿Es Normal Sentirse Así?
La sensación de decaimiento en otoño e invierno es común. Se denomina melancolía de invierno y, en la mayoría de los casos, es temporal. Sin embargo, cuando se agrava y se repite en varios inviernos, podría tratarse del trastorno afectivo estacional (TAE).
Síntomas del TAE:
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Fatiga constante
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Irritabilidad
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Cambios en el apetito
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Ansiedad y tristeza persistente
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Aislamiento social
📌 Un diagnóstico correcto solo puede realizarlo un profesional tras observar la recurrencia estacional de los síntomas.
¿Quiénes son más vulnerables?
No todos sufrimos los efectos del cambio de estación por igual. Son más propensas las personas con:
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Historial de ansiedad o depresión
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Estilos de vida sedentarios o poco sociales
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Falta de exposición solar o rutinas inestables
Recomendaciones para Proteger tu Bienestar Mental:
Andersson propone adoptar hábitos saludables como:
🧘♀️ 1. Rutina de ejercicio
🏡 2. Exposición a la luz natural
🍽️ 3. Dieta equilibrada
💬 4. Vida social activa
🎨 5. Tiempo para hobbies y descanso regular
“Crear hábitos que aporten estructura, bienestar y conexión es la mejor defensa contra la apatía estacional.”
¿Cuándo acudir a un especialista?
Busca ayuda profesional si:
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Tu estado de ánimo interfiere con tu vida diaria.
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Sientes apatía, insomnio, cambios de apetito o ansiedad de forma continua.
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Has notado estos síntomas en al menos dos inviernos consecutivos.
Conclusión
El otoño no tiene por qué ser sinónimo de tristeza. Con el enfoque adecuado, hábitos saludables y, si es necesario, apoyo psicológico, podemos atravesar estos cambios con más equilibrio y bienestar emocional. La clave está en escucharnos y actuar a tiempo.